En los últimos meses LATAM Airlines ha mostrado una recuperación gradual de su operación y en agosto llegó a13.6% su capacidad, cifra superior a las obtenidas en junio y julio en que llegó a 6.4% y 9.2%, respectivamente (medida en “asiento-kilómetro disponible” / ASK), en relación al mismo periodo de 2019.
Estos resultados se dan luego de una drástica reducción de la operación en abril y mayo pasado (5.7% y 6.7% respectivamente), a causa del COVID-19, y en agosto el tráfico de pasajeros (medido en “pasajeros kilómetros rentados” – RPK), disminuyó 89.1%, mientras que la capacidad (ASK) bajó 86.1% comparado con igual mes de 2019.
La aerolínea embajadora de la región latinoamericana también reportó que durante ese mismo mes en Chile retomó vuelos a Copiapó, La Serena y Temuco, aumentó frecuencias a destinos como Iquique, Calama, Antofagasta, Puerto Montt y Punta Arenas.
A nivel internacional, sumó un nuevo vuelo directo a Madrid, complementando sus rutas a Miami y Sao Paulo/Guarulhos, este último, centro de conexión para vuelos domésticos tanto en Brasil como hacia Europa (Frankfurt, Lisboa, Londres y Madrid).
En los primeros ocho meses del año, LATAM Airlines ha transportado a más de 19 millones de pasajeros, lo que representa un 59.3% menos que el mismo periodo del año anterior.
En relación a la operación de carga, el factor de ocupación en agosto fue de un 73.3%, superando los 54.5% del mismo periodo en 2019. LATAM Cargo ha maximizado el uso de su flota de carga B-767F y ha utilizado aviones de pasajeros para el transporte exclusivo de carga, realizando 345 vuelos bajo esta modalidad.
LATAM continua con una fuerte campaña de seguridad e higiene en toda su operación, implementando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las autoridades sanitarias de los países donde opera y la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
En todos los vuelos se exige el uso de mascarilla durante todo el trayecto, se dispone de alcohol gel en la cabina y se implementa un servicio a bordo que reduce la interacción entre la tripulación y los pasajeros.
Toda la flota cuenta con filtros HEPA, capaces de remover el 99.97% de las partículas, incluidos virus y bacterias, gracias a la renovación del aire cada dos o tres minutos, asegurando un ambiente higienizado permanente, entre otras medidas.