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El “lugar donde todo pasó” ofrece experiencias turísticas orgánicas y auténticas: Maní Pueblo Mágico

Maní, Yucatán 15 de diciembre 2021. Uno de los tres Pueblos Mágicos de México que recientemente recibieron el reconocimiento Best Tourism Villages, por parte de la Organización Mundial del Turismo (OMT), es Maní, por sus buenas prácticas de turismo en materia de preservación cultural, patrimonial y sostenibilidad, como un ejemplo mundial que destaca, además, por su riqueza natural, belleza escénica, gastronomía regional única y tradiciones.

Su nombre en voz maya significa: “Lugar donde todo pasó”, y es uno de los poblados más antiguos de la Península de Yucatán, lleno de magia e identidad; se localiza en el corazón del estado, manteniendo la cultura viva de sus ancestros, que se respira en cada uno de sus rincones a través de los maniceños, quienes hablan en maya, su lengua materna, viviendo y trabajando con una tranquilidad que se antoja.

Ostenta el título de Pueblo Mágico desde 1 de diciembre 2020, y es parte de la Ruta de los Conventos de Yucatán, albergando una de las capillas abiertas más impresionantes de Latinoamérica.

Sin duda, es un lugar con gran vocación turística, que invita a compartir con los visitantes sus secretos más profundos a través de diversas actividades, viviendo experiencias únicas, ya que estás líneas y fotografías son sólo un boceto de lo que se puede descubrir y sentir en este territorio.

Recorrer sus calles caminando es la forma de conocer la importancia que históricamente ha representado este Pueblo Mágico que, cuando llegaron los españoles, era una de los tres capitales prehispánicas más importantes de la región, así como el Convento de San Miguel Arcángel, en cuya capilla abierta se realizó la evangelización franciscana de los indígenas. 

Otro atractivo son las artesanías, hamacas y otros productos entre los que destacan los bordados que aún se elaboran con la técnica más antigua de Yucatán, denominada X’manikté, a la que se le ha considerado en peligro de extinción, aunque aquí se conserva aún, y todo este trabajo que nace de las mágicas manos de las y los artesanos se puede encontrar en el corredor Tutul Chuy, visitando además los talleres artesanales.

Hay que conocer también los meliponarios mayas, donde los visitantes podrán participar en el proceso de cocechar la miel de excelente calidad que se produce, actividad por lo que también se le conoce como el pueblo de las abejas, además  de ser un pueblo ganadero, el lugar perfecto para el turismo rural, segmento en el que brinda experiencias orgánicas y auténticas.

Un imperdible es explorar el cenote Xcabachen, que se localiza justo en el centro de la ciudad, y aunque no se puede nadar debido a sus características estructurales, comparte una antigua leyenda que los pobladores, con gusto, cuentan a los viajeros, por lo que no se las vamos a adelantar, queda guardada hasta que tengan la oportunidad de escucharla en el propio lugar de voz de ellos mismos. 

En cuanto a sus festividades, hay que mencionar que del 15 al 24 de agosto de cada año, los habitantes de Maní organizan una fiesta en honor de la Asunción de la Virgen y el 2 de febrero se celebra a la Virgen de la Candelaria.

Otra forma de conocer Maní es en bicicleta mediante el llamado Balak Tour, haciendo una escala que se antoja obligada en el solar maya U lu’umil Kuxtal.

Luego, hay que parar para comer en la Cocina Doña Clotilde, una de las más famosas, aunque hay otras opciones, ya que nadie puede perderse la gastronomía local a cargo de cocineras tradicionales, para probar el  Poc Chuc, que se ha convertido en uno de los platillos icónicos de todo Yucatán.

El nombre de este emblemático guiso proviene del maya “pok” que significa “tostar” o “asar” y de “chuc” que quiere decir “carbón”: asar al carbón, elaborado a base de carne asada de cerdo, jugo de naranja agria y otros ingredientes que le dan un sabor excepcional.

Aunque Maní no cuenta con una gran infraestructura hotelera, ofrece cómodos hoteles modestos que se encuentran en sus alrededores, si se decide prolongar la visita, sin embargo, es un lugar que se puede conocer y disfrutar en un día, pero dos serían más que suficientes para vivir todos sus atractivos.

Se ubica a sólo 16 kilómetros de Ticul, y a 100 kilómetros al sur de Mérida. En automóvil hay que tomar la dirección a Cancún siguiendo la salida hacia Cehtumal / Acancéh, pasando Tecoh, Tekit y Teabo. En autobús hay salidas todo el día de la Terminal Noreste.

Cabe destacar, que en el marco de la 24 Asamblea General de la OMT, celebrada el 2 de diciembre pasado en Madrid, España, fue donde se designó a los tres Pueblos Mágicos de México como integrantes de la red mundial de Best Tourism Villages: Cuetzalan (Puebla), Capulálpam de Méndez (Oaxaca) y, por supuesto, Maní.

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